Hecho en España, pieza a pieza.

Desde niña tuve clara mi vocación, ser diseñadora de moda. Pintaba mis propios recortables y les diseñaba la ropa que imaginaba.

En la adolescencia descubrí la costura, aprendí a crear esas prendas que dibujaba y me enamoré de esta profesión.

Cuando llegué a la universidad mejoré mis técnicas y aprendí nuevas formas de patronar y confeccionar que perfeccioné años más tarde en los talleres donde trabajé.

Aunque llevo poco tiempo en el mundo del emprendimiento, ya he comprobado que no es un camino fácil. Implica un aprendizaje constante, una entrega total, y más aún cuando se compagina con un trabajo a jornada completa, como es mi caso. Aun así, el esfuerzo merece la pena.

Cada prenda que creo está hecha pieza a pieza, con dedicación y cuidado. Yo misma diseño, patrono y confecciono. Selecciono los materiales con consciencia, priorizando fibras naturales o recicladas, y preparo cada pedido con un packaging libre de plásticos, utilizando sobres compostables.

Sé que no es fácil ir a contracorriente en un mundo donde la moda rápida domina, alimentando un modelo insostenible que perjudica sobre todo a los más vulnerables —social, económica y medioambientalmente—. Pero también sé que otra forma de hacer moda es posible.

Llevo más de 10 años cosiendo y valoro cada puntada, cada hora de trabajo, cada detalle. Por eso seguiré apostando por una moda lenta: más ética, más consciente, más humana.